25.1.13


A lo mejor ese vacío cónico tiene que ver con que sacar una foto es menos o más como posar sobre el dorso de la mano un vuelo, no para volver a agarrarlo, sino para volver a verlo y que sea cruz o cara (obviamente monumento o número, siempre con las fabricaciones), pero todo al revés y otra vez dado vuelta, mientras la espiral cónica te mira, cerrándose, y en un segundo ahí estás vos, eso que uno piensa que fracasadamente puede ser (ser por un segundo una imagen chata y sin asuntos), pero es solo el reverso de todo lo que uno podría haber sido y no es, todo eso todo esto en el momento breve de sacar una foto, para que a tu al rededor te digan ¿y? ¿salió bien? 
No, es preciso contestar. Otra vez, salió borrosa. Sentí el cono cerrarse de nuevo. No, no se cerrará jamás, el cono sigue abierto y te succiona eternamente, holograma maldito y crucial sobre el dorso de la mano, el mundo se está azulando y la gente se vuelve menos gente, menos real. Huy,    pará,      pará.                         Estoy filmando.




(Cada tanto la Luz Boreal aparece, aunque no siempre en interet.)